INTERNACIONALES
 
Durante estos años hemos sido testigos de una profunda crisis y cambios constantes en los precios y la producción e industrialización de lana en el ámbito mundial, la cual repercutió negativamente en las economías de los productores de lana, particularmente en aquellos países con sistemas de alta especialización en la producción de lana (Australia, Nueva Zelandia, Uruguay, Sud Africa y Argentina). La mencionada crisis produjo cambios sustanciales en estos países al nivel de todos los eslabones de la Cadena Agroindustrial Lanera. Debemos destacar en este sentido: cambios estructurales en los sistemas de comercialización en Australia y Nueva Zelandia con la consecuente desregulación de los mismos, reducción de los stocks de ovinos en los principales países productores, retirada y/o cambios en los términos de referencia de algunos países miembros del Secretariado Internacional de la lana (SIL), desplazamientos geográficos de las firmas procesadoras, profundos cambios en las tecnologías de procesamiento para el desarrollo de nuevos productos que atiendan a cambios en los hábitos del consumo de lana y otras fibras textiles, etc.
El futuro de la participación de la lana en el mercado mundial de fibras textiles dependerá del precio relativo de la misma con relación a otras fibras competitivas y de su habilidad de satisfacer las tendencias modernas en las preferencias de los consumidores con relación a propiedades industriales tales como: liviandad, suavidad, confort, versatilidad, toda estación, producto natural, resistencia, fácil cuidado y apariencia.
En el gráfico 1 se observa que desde 1985 han existido bajas sustanciales en el peso por unidad de superficie de los tejidos. En los países desarrollados esta tendencia ha sido asociada al mayor control doméstico del clima, a las condiciones actuales de trabajos con menores requerimientos de resistencias y protección de las prendas y al desarrollo de tecnologías de procesamiento que logran alcanzar los objetivos industriales a menores pesos.
Cuanto más fina sea la fibra de lana mayor es la suavidad que percibe el consumidor de la prenda que viste, resultando en un mayor confort. Prendas que contienen cantidades importantes de fibras (más de 5%) con diámetros mayores a 30 micras estimulan los receptores del dolor al nivel de piel y provocan irritación y molestias al usuario. En un estudio realizado en Australia, se constató que lanas Merino con finuras promedio de 19, 21 y 24 micras presentaban 100, 62 y 0% de lotes vendidos con menos del 5% de fibras mayores a 30 micras.
En el mundo moderno, las personas dedican una menor proporción de su tiempo a las tareas del hogar, por lo tanto, todas las prendas de vestir deben ser de fácil cuidado, debiendo las confeccionadas en lana adaptarse a esta realidad. Es por esta razón que el SIL se encuentra abocado a realizar prendas mezcla de lana con otras fibras textiles que permitan satisfacer las exigencias de los nuevos hábitos de consumo.
Otro hecho a destacar, es que en la última década los consumidores del mundo desarrollado han reducido sus gastos en vestimenta (con la excepción de EEUU y el Reino Unido) para dedicarlos en una mayor proporción a viajes, artefactos electrodomésticos y otras actividades recreativas. En este sentido, las prendas casuales han ganado terreno (ej. jeans) frente a otras más formales (ej. trajes de vestir).
Estas tendencias mundiales en el consumo de fibras textiles han sido interpretadas por las industrias laneras de Australia, Nueva Zelandia y Sud Africa como una necesidad de incrementar la producción mundial de lanas finas (menores a 19 micras). Las características de las prendas generadas con lanas de 19 - 22 micras o menores, permiten adecuarse a los requerimientos actuales de los mercados más exigentes en cuanto a liviandad y aislación térmica, uso a lo largo de todo el año, facilidad de lavado en máquinas automáticas, mantenimiento de su forma y elasticidad posteriormente al lavado, suavidad al toque, facilidad de secado y planchado y baja irritabilidad de la piel, así como una mayor capacidad para combinarse con otras fibras sintéticas o naturales. En este sentido, las nuevas estrategias del SIL incluyen la inclusión de lana en prendas deportivas y jeans, de creciente demanda mundial y que abarcan todos los estratos sociales y edades de los consumidores.
A nivel industrial las lanas finas permiten aumentar la eficiencia, flexibilidad y rentabilidad del proceso textil y ampliar el espectro de mercados consumidores, ya sea para la fabricación de productos textiles de lana pura o en mezcla con otras fibras (sintéticas, algodón, etc.). El Cuadro 1 muestra la gran importancia que tiene el diámetro de la fibra durante el proceso textil en determinar la calidad del producto final y por ende su valor comercial.

NACIONALES
 
En los últimos 25 años la proporción de razas Merino e Ideal dentro del stock ovino nacional ha aumentado, siendo la raza Merino aproximadamente el 10% (1.8 millones) del total, con una producción anual en torno a los 7 millones de kilos de lana sucia. Los productores criadores de esta raza se encuentran principalmente localizados en la región de Basalto, donde la raza es criada por el 25% de los productores laneros de la región. En el ámbito internacional la finura de la población Merino del Uruguay es considerada de media, con un promedio de 21,8 micras (rango de 20.4 a 24 micras), con altos rendimientos al lavado, aceptable largo y resistencia y color de la fibra y con un brillo insatisfactorio (Datos brindados por el Ing. Agr., G. Peinado, SUL)
El Basalto superficial constituye aproximadamente el 80% del área Basáltica, representado un más de un 20% del área del país. La alta proporción de suelos superficiales, con alto riesgo de sequía, limita las posibilidades de incrementar la oferta forrajera a través de la inclusión de pasturas mejoradas, siendo éste, entre otros factores importantes, determinante de los bajos niveles de productividad logrados por los productores ovinos de la región. Los sistemas productivos predominantes, de pequeña y mediana escala, orientados al proceso de cría, se caracterizan por un mayor énfasis hacia la producción de lana, con escasa oportunidad de diversificación de la producción hacia otros rubros alternativos.
En la región de Basalto y así como en otras regiones, algunos productores a nivel individual o grupal vienen realizando importaciones de semen y/o carneros Merino fino de Australia y/o han aplicado esquemas de selección para la reducción de finura dentro de sus majadas. *Datos brindados por G. Peinado, SUL
En términos de comercialización, el escaso volumen de lana manejado con estas características no permite a los productores uruguayos cristalizar negocios y precios diferenciales con las empresas nacionales e internacionales que están interesadas en este tipo de producto.
En la Estación Experimental "Glencoe" de INIA sobre suelos de Basalto, y en el Campo Experimental de Cerro Colorado del SUL sobre Cristalino, se han venido desarrollado distintas líneas de investigación en la raza Merino, pero estas han sido siempre orientadas a aspectos productivos y reproductivos que atienden a las necesidades de animales con una finura definida como media. Sin embargo, los antecedentes nacionales de investigación para la producción de Merino Fino en lo que refiere a mejoramiento genético, alimentación, adaptación regional, sanidad, reproducción y manejo son casi inexistentes.
Sobre la base de este diagnóstico, tanto en el ámbito nacional como internacional, el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) y la Sociedad de Criadores Merino Australiano del Uruguay (SCMA) se encuentran abocados a la realización conjunta de un Proyecto de Investigación y Desarrollo del Merino Fino. Dado el interés compartido en este tema, estas instituciones han reunido y complementado sus recursos humanos, económicos y de infraestructura para desarrollar este Proyecto. El mismo se encuentra en sus fases iniciales de definición de objetivos, estrategias y planes de trabajos comunes y la meta es comenzar con las actividades a partir del presente año.
 
Estimación económica del impacto de la inclusión del Merino Fino en sistemas mixtos de producción estabilizados
A efectos de estimar cual sería el impacto de la introducción del Merino Fino en sistemas de ganadería mixta, se consideró un predio de Basalto de 1000 hectáreas sobre suelos superficiales, con una relación ovino/bovino de 4 a 1. Este sistema se basa en el uso exclusivo del campo natural y con una dotación de 0.80 UG/ha. Los resultados de la producción física de dicho sistema corresponden a 57 kilos de carne equivalente por hectárea generando un ingreso neto de US$ 15 por hectárea y una rentabilidad de 2.36%.
El pasaje de producción de Merino de 22 a 19 micras en este esquema productivo, implicaría una reducción de un 6% en la producción de lana manteniéndose los demás indicadores. Con relación a los precios se consideró que el merino de 22 micras que se comercializó a U$S 3 en la última zafra, se vería incrementado en un 40%, de acuerdo a la serie histórica de precios de los últimos 10 años. De esta forma el precio de la lana del Merino Fino sería de US$ 4.20. Con estos precios el ingreso del sistema alcanzaría U$S 17.7/ha y se obtendría una rentabilidad de 2.8%, suponiendo un incremento en el costo de los carneros de reposición en un 500 %, utilizando un criterio bastante conservador en cuanto a los impactos.
Si suponemos un sistema con un 15% del área mejorada en Basalto, estas cifras pasarían a 104 kilos de carne equivalente/ha, lo que llevaría el ingreso neto a U$S 38.22/ha y la rentabilidad a 5.8%. Estas estimaciones se realizaron tomando en cuenta un modelo cuya relación ovino/bovino es de 3.16 a 1. Es de esperar que en sistemas de producción más ovejeros, estos impactos sean aún mayores.
De los cálculos preliminares realizados surge con bastante claridad que el Merino Fino constituiría una alternativa muy promisoria como forma de incrementar el ingreso neto y la rentabilidad en los sistemas mixtos de la región. Esto apoyaría la justificación de la implementación de un proyecto de investigación en esta área.

COMENTARIOS FINALES
 
En el último Congreso Mundial de Merino realizado en marzo de este año en Nueva Zelandia, el director general del SIL, A. Kloeden dijo "en los últimos 200 años los productores de Merino y sus organizaciones han satisfecho los requerimientos de los consumidores, sin embargo, el consumo global y el mercado mundial de textiles están cambiando rápidamente y no existen garantías de participar en el mercado del futuro". Concluyó su presentación diciendo "estoy convencido que existe un futuro positivo para las lanas Merino más allá de la volatilidad actual del mercado, pero debemos crear una satisfacción superior al consumidor de los productos del Merino a través de nuevas estrategias de investigación e innovación ".
 La implementación de un Proyecto de Investigación y Desarrollo de Merino Fino con la participación del INIA, SUL, la SCMA y otros posibles interesados, con el apoyo de la Industria Lanera Nacional, puede resultar en un incremento de la competitividad de todo el complejo agroindustrial lanero del país frente a los desafíos y oportunidades del mercado internacional de fibras textiles, actuales y prospectivos.