NACIONALES
En los últimos 25 años la proporción de razas Merino e Ideal dentro del stock ovino nacional ha aumentado, siendo la raza Merino aproximadamente el 10% (1.8 millones) del total, con una producción anual en torno a los 7 millones de kilos de lana sucia. Los productores criadores de esta raza se encuentran principalmente localizados en la región de Basalto, donde la raza es criada por el 25% de los productores laneros de la región. En el ámbito internacional la finura de la población Merino del Uruguay es considerada de media, con un promedio de 21,8 micras (rango de 20.4 a 24 micras), con altos rendimientos al lavado, aceptable largo y resistencia y color de la fibra y con un brillo insatisfactorio (Datos brindados por el Ing. Agr., G. Peinado, SUL)
El Basalto superficial constituye aproximadamente el 80% del área Basáltica, representado un más de un 20% del área del país. La alta proporción de suelos superficiales, con alto riesgo de sequía, limita las posibilidades de incrementar la oferta forrajera a través de la inclusión de pasturas mejoradas, siendo éste, entre otros factores importantes, determinante de los bajos niveles de productividad logrados por los productores ovinos de la región. Los sistemas productivos predominantes, de pequeña y mediana escala, orientados al proceso de cría, se caracterizan por un mayor énfasis hacia la producción de lana, con escasa oportunidad de diversificación de la producción hacia otros rubros alternativos.
En la región de Basalto y así como en otras regiones, algunos productores a nivel individual o grupal vienen realizando importaciones de semen y/o carneros Merino fino de Australia y/o han aplicado esquemas de selección para la reducción de finura dentro de sus majadas. *Datos brindados por G. Peinado, SUL
En términos de comercialización, el escaso volumen de lana manejado con estas características no permite a los productores uruguayos cristalizar negocios y precios diferenciales con las empresas nacionales e internacionales que están interesadas en este tipo de producto.
En la Estación Experimental "Glencoe" de INIA sobre suelos de Basalto, y en el Campo Experimental de Cerro Colorado del SUL sobre Cristalino, se han venido desarrollado distintas líneas de investigación en la raza Merino, pero estas han sido siempre orientadas a aspectos productivos y reproductivos que atienden a las necesidades de animales con una finura definida como media. Sin embargo, los antecedentes nacionales de investigación para la producción de Merino Fino en lo que refiere a mejoramiento genético, alimentación, adaptación regional, sanidad, reproducción y manejo son casi inexistentes.
Sobre la base de este diagnóstico, tanto en el ámbito nacional como internacional, el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) y la Sociedad de Criadores Merino Australiano del Uruguay (SCMA) se encuentran abocados a la realización conjunta de un Proyecto de Investigación y Desarrollo del Merino Fino. Dado el interés compartido en este tema, estas instituciones han reunido y complementado sus recursos humanos, económicos y de infraestructura para desarrollar este Proyecto. El mismo se encuentra en sus fases iniciales de definición de objetivos, estrategias y planes de trabajos comunes y la meta es comenzar con las actividades a partir del presente año.
Estimación económica del impacto de la inclusión del Merino Fino en sistemas mixtos de producción estabilizados
A efectos de estimar cual sería el impacto de la introducción del Merino Fino en sistemas de ganadería mixta, se consideró un predio de Basalto de 1000 hectáreas sobre suelos superficiales, con una relación ovino/bovino de 4 a 1. Este sistema se basa en el uso exclusivo del campo natural y con una dotación de 0.80 UG/ha. Los resultados de la producción física de dicho sistema corresponden a 57 kilos de carne equivalente por hectárea generando un ingreso neto de US$ 15 por hectárea y una rentabilidad de 2.36%.
El pasaje de producción de Merino de 22 a 19 micras en este esquema productivo, implicaría una reducción de un 6% en la producción de lana manteniéndose los demás indicadores. Con relación a los precios se consideró que el merino de 22 micras que se comercializó a U$S 3 en la última zafra, se vería incrementado en un 40%, de acuerdo a la serie histórica de precios de los últimos 10 años. De esta forma el precio de la lana del Merino Fino sería de US$ 4.20. Con estos precios el ingreso del sistema alcanzaría U$S 17.7/ha y se obtendría una rentabilidad de 2.8%, suponiendo un incremento en el costo de los carneros de reposición en un 500 %, utilizando un criterio bastante conservador en cuanto a los impactos.
Si suponemos un sistema con un 15% del área mejorada en Basalto, estas cifras pasarían a 104 kilos de carne equivalente/ha, lo que llevaría el ingreso neto a U$S 38.22/ha y la rentabilidad a 5.8%. Estas estimaciones se realizaron tomando en cuenta un modelo cuya relación ovino/bovino es de 3.16 a 1. Es de esperar que en sistemas de producción más ovejeros, estos impactos sean aún mayores.
De los cálculos preliminares realizados surge con bastante claridad que el Merino Fino constituiría una alternativa muy promisoria como forma de incrementar el ingreso neto y la rentabilidad en los sistemas mixtos de la región. Esto apoyaría la justificación de la implementación de un proyecto de investigación en esta área.