Pasar al contenido principal

Proyectos

Modelos eficientes para una producción frutícola sostenible y saludable (reformulación FR_26 y_27)

Tipo de Proyecto
INIA
Estado
Aprobado
Fecha de inicio
Fecha fin
Sistemas de producción
Vegetal Intensivo
Líder de Proyecto
CARRA BRUNO -

Contacto

Propósito del proyecto
Mejorar la rentabilidad y sustentabilidad del sector, aumentando la eficiencia productiva y la competitividad de los sistemas productivos de frutales de pepita, carozo, pecan y olivos, reduciendo la alternancia de producción, mano de obra y aumentando la calidad de los productos. Además de reducir el potencial impacto ambiental de estos sistemas intensivos con el uso de alternativas que reduzcan el efecto climático adverso y la incidencia de plagas y enfermedades, mejorando la calidad e inocuidad de estas frutas.
Resumen ejecutivo
El sector frutícola nuclea rubros de extrema importancia en Uruguay, siendo que se compone en un 78% por productores familiares de pequeña a mediana escala. Este sector también es importante desde el punto de vista socioeconómico en función que emplea directa e indirectamente un gran número de personas por unidad de superficie. La superficie ocupada por los frutales de hoja caduca suma un total de 5,1 mil hectáreas, mientras que la producción tiene como principal destino el consumo en fresco en el mercado interno (81%). La manzana es el cultivo con mayor área y volumen de cosecha con 50% de la producción total, seguido por el durazno con 23% y la pera 14%. Por más que esté dentro de los cultivos de hoja caduca con los mayores volúmenes de producción, la producción anual de manzanas y peras presentan gran variabilidad entre zafras, impidiendo que Uruguay tenga una producción estable, de alta calidad y con buena aceptación por parte de los consumidores. En términos generales, la variabilidad de la producción y calidad de fruta es atribuida a diferentes factores, entre los que se encuentran factores bióticos y abióticos. La influencia del clima (principalmente el acumulado de horas de frío y la falta o exceso de lluvias), junto con la falta de conocimiento de la mejor combinación entre cultivares y portainjertos, sistemas de conducción con una mayor eficiencia y con problemas con la polinización y la oferta de agua son factores que inciden sobre dicha variabilidad. Frutales de carozo, en los últimos años tuvieron un incremento del área plantado en el país, los mismos en su mayoría necesitan una grande cantidad de mano de obra para tareas como el raleo, que es hecho casi que en su totalidad de forma manual, acarretando alto costo a los productores. El cultivo de pecán se encuentra en expansión en Uruguay desde hace más de 10 años. Se ha vuelto un cultivo atractivo para varios inversionistas que buscan una colocación a largo plazo en una actividad que a su vez los pone en contacto con la naturaleza y tiene un fuerte perfil de sostenibilidad. También se presenta como una oportunidad para productores agropecuarios que quieren diversificar su producción. Si bien la cantidad de hectáreas plantadas es cercana a las 1000, los niveles de producción todavía son bajos debido al tiempo que demoran estos árboles en entrar en producción y la gran cantidad de hectáreas que se han ido sumando durante los últimos años. Esto hace que, por el momento, la producción se coloque principalmente en el mercado local pero que, en un futuro cercano, se tenga que pensar en este cultivo como un producto de exportación para Uruguay. En referencia a los olivos, 6500 hectáreas en el país según el último censo. A diferencia de la zona Mediterránea, nuestro clima se caracteriza por inviernos suaves y veranos cálidos, con alta humedad relativa (>60%) y precipitación media acumulada de 1200 mm por año. En regiones de clima húmedo una de las principales limitantes del cultivo son la polinización y el cuajado en años de primaveras lluviosas, pudiendo determinar la ausencia total de producción y así favorecer la entrada en alternancia. La alternancia productiva compromete la estabilidad y rentabilidad de las empresas olivícolas, poniendo en riesgo al sector. A diferencia de la producción de olivos, la vasta mayoría de la superficie de frutales de hoja caduca está localizada alrededor de Montevideo, capital y región más densamente poblada, lo que puede ser considerado como un factor positivo ayudando a reducir la “huella de carbono”. Sin embargo, la fruticultura coexiste con una población cada vez más informada y consciente sobre el impacto ambiental de la producción agropecuaria, en particular con el uso intensivo de agroquímicos en la agricultura, resultando en conflictos entre la producción y los ciudadanos vecinos. El hecho de estar produciendo alimentos frescos y de consumo directo, en coexistencia con una población cada vez más exigente y dispuesta a pagar por productos de mayor inocuidad y producidos en sistemas de menor impacto ambiental, obliga a manejar muy cuidadosamente los factores productivos para minimizar dicho impacto sobre el ambiente y sobre aquellos elementos que pueden afectar la sanidad e inocuidad de los alimentos. Hoy en día, además de la calidad del producto, cada vez es más importante la forma en la cual se produce, buscando un proceso productivo que respete las normas medio ambientales y que asegure la inocuidad del producto final. Dadas las condiciones agroclimáticas del Uruguay, de alta humedad relativa y precipitaciones, que favorecen el desarrollo de enfermedades, y a la presencia de insectos plagas, las aplicaciones de fitosanitarios son imprescindibles para su control y posibilitar una producción frutícola en los sistemas productivos actuales. Buscando una mayor, más estable y más eficiente producción de manzanas, peras, frutales de carozo, pecan y olivos, se proponen acciones de investigación que busquen reducir esta variabilidad productiva en esos cultivos, bien como la reducción de la mano de obra, por medio de herramientas que auxilien el manejo de la carga de producción, nuevos sistemas productivos y cultivares más adaptados a las condiciones de cultivo nacionales. Este proyecto abordará distintas líneas de investigación con el intuito de una mejor eficiencia y sostenibilidad de los cultivos. Tres componentes principales serán investigados: 1) sistemas de conducción y portainjertos en el cultivo de perales y manzanos; 2) manejo de la carga en cultivos; y 3) cultivo protegido de manzanos bajo malla. Se llevaron a cabo actividades con la evaluación de distintos sistemas de conducción y portainjertos de manzanos y perales generando y entregando a los productores conocimiento sobre los distintos vigores, eficiencia productiva y calidad de estos, así como la indicación de las mejores combinaciones. En el componente de manejo de carga, actividades referentes al raleo químico y mecánico en manzanos y frutales de carozo con el fin de reducir la mano de obra y alternancia de producción serán desarrolladas. Para el cultivo de perales, ensayos con el uso de distintos cultivares polinizadores y reguladores de crecimiento vegetal para el incremento del cuajado y producción serán avaliados. En el cultivo del pecán, estudios con diferentes tipos de poda con el intuito de un incremento en la floración del cultivo será desarrollado. Al final, paquetes tecnológicos serán recomendados al sector para cada uno de los cultivos. En el mismo componente, ensayos con el efecto del frio y presencia del fruto en la inducción floral de olivos serán realizados con el intuito de obtener más información sobre ese proceso en las condiciones edafoclimáticas de Uruguay. Buscando un menor efecto ambiental sobre los cultivos frutícolas, la producción bajo mallas se presenta como una alternativa productiva a ser considerada para disminuir la influencia del clima sobre la variabilidad productiva, mejorar la calidad de la producción, evitar la entrada de plagas, además de aumentar la eficiencia en el uso de los recursos hídricos, nutricionales y ambientales. En ese contexto, bloques de malla de exclusión antilluvia en diferentes cultivares de manzanos (con y sin resistencia) serán instalados. El propósito de este trabajo es proporcionar información científica y técnica para aumentar la eficiencia productiva y la competitividad de los sistemas productivos de frutales de pepitas, frutales de carozo, pecan y olivos reduciendo la alternancia de producción y mejorando la calidad de frutas a través del manejo de la carga de producción y nuevos sistemas de producción. Además de contribuir en la reducción del potencial impacto ambiental de estos sistemas intensivos con el uso de alternativas que reduzcan los efectos climáticos adversos y la incidencia de plagas y enfermedades en un nuevo sistema de producción bajo mallas en manzanos, estudiando el efecto de este sistema en la dinámica del agua, nutrientes, plagas y enfermedades. Se espera que con la ejecución de este proyecto se esté contribuyendo a mejorar la rentabilidad y sustentabilidad del sector, reduciendo insumos y costos de manejo, además de contribuir para una producción de frutas cada vez más sostenible y saludable.
Equipo técnico INIA

BRUNO CARRA
ANA CONDE
ANDRES CONIBERTI
MAXIMILIANO DINI
ANDREA FASIOLO
CLAUDIO GARCIA
GEORGINA GARCIA
MATIAS GONZALEZ
FACUNDO IBAÑEZ
CAROLINA LEONI
PABLO MONTALDO
MARIA MUJICA
PABLO RODRIGUEZ
DIANA VALLE

Equipo técnico externo

Alberto Ramos Luz
Carlos Roberto Martins
Dr. Santiago Signorelli
Eduardo Vazquez
Fernando José Hawerroth
Manuel Agustí
Marcelo Ortega
Maria Dolores Raffo Benegas
Natalia Zarate
Poliana Francescatto
Prof. Ing. Agr. Dra. Mercedes Arias
Roberto Zeballos
Sebastián Galiger
Stefano Musacchi
Terence Lee Robinson
Vivian Severino

Instituciones participantes

AFRUPI
ASOLUR
CREA Fruticultores
EMBRAPA
INTA
JUMECAL
Teagasc (Agriculture and Food Development Authorit
UC
UdelaR/ FAGRO
UPV
Valent BioSciences
WSU