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13/11/2013
INIA Las Brujas

actividad 2009 60

Organizado por la Unidad de Ovinos y Caprinos – Programa Nacional de Producción Familiar -, se llevó a cabo en INIA Las Brujas una Jornada de Difusión en torno a la “producción ovina en pequeña escala”.

En la oportunidad se habló sobre los escenarios tecnológicos, comerciales y culturales para el desarrollo de este tipo de producción. Además, representantes de diferentes instituciones y productores que desarrollan tareas vinculadas a la producción de ovinos en pequeña escala expusieron sus experiencias.

El viernes 3 de julio se llevó a cabo en el anfiteatro de la Estación Experimental “Wilson Ferreira Aldunate”, INIA Las Brujas, la Jornada de Difusión “Producción ovina en pequeña escala”.

Participaron técnicos y representantes de INIA, Comisión Nacional de Fomento Rural, Sociedad de Criadores de Frisona Milchschaf, Movimiento de la Juventud Agraria, Facultad de Agronomía, Secretariado Uruguayo de la Lana, Asociación Rural del Uruguay y pequeños productores, entre otros.

En la apertura, la Directora de INIA Las Brujas, Ing. Agr. Aelita Moreira destacó que en una zona frutícola y hortícola, como es Canelones, también hay lugar para la producción ovina “combinada con otros rubros”.   

Por su parte, el Ing. Agr. Andrés Ganzabal – de la Unidad de Ovinos y Caprinos – reseñó en primera instancia la historia del proyecto, e hizo mención a los cambios culturales, tecnológicos, comerciales y logísticos en la producción ovina. Ganzábal dijo que el proyecto apuesta a “no perder la cultura ovejera, que aportó al país en los económico y social”.

El técnico de INIA destacó que frente a otros rubros, la producción ovina presenta un diferencial importante:una baja inversión de capital para empezar, se adapta a la mano de obra familiar, sirve para complementar otras actividades laborales o rurales, es compatible con sistemas de producción sustentables,  arraiga a las familias en el campo y sirve para el control de las malezas invasoras.

Entre los principales desafíos “para que sea atractiva”, Ganzabal mencionó la adaptación a las tecnologías de producción, las estrategias para mejorar la seguridad de los rebaños, la  inversión inicial y los riesgos compartidos. Además, remarcó la necesidad de trabajar sobre escenarios culturales y logísticos para que el productor  se sienta acompañado, el desarrollo y alternativas de comercialización de productos, y el “fomento” de la producción ovina, remarcando lo positivo.

En relación a la adaptación a la tecnología de producción, Ganzabal dijo que la propuesta debe ser sencilla y de adopción gradual. “Lo primero es ser productor de ovejas”.

También se refirió a un “fondo rotatorio”,  de ayuda para iniciar en la actividad, que es administrado por la CNFR. El productor recibe las ovejas de la raza Frisona Milchschaf para encarnerar y luego las devuelve a medida que va cubriendo el préstamo inicial.

Finalmente, Ganzabal enumeró la variedad de productos que se pueden obtener:vellón, venta de reproductores, leche, queso y turismo agropecuario, entre otros.  Esa gama de posibilidades representan una ganancia que va desde los US$ 10 hasta los US$ 150, concluyó.

Al cierre, las cerca de 150 personas que participaron de la actividad, pudieron disfrutar una degustación de productos ovinos.