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01/09/2025
INIA Tacuarembó

¿Sobre qué avances y retos se apoya una nueva etapa del CRILU?

Los principales avances técnicos y los desafíos hacia una nueva etapa del Consorcio Regional de Lanas Ultrafinas (CRILU) marcaron el tono de la agenda de la actividad “Celebrar, conectar y proyectar: CRILU Uruguay”, que convocó a autoridades, técnicos, productores y referentes del sector ovino en la sede de Tacuarembó del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA). 

Durante el evento, que contó con la participación de los presidentes del INIA, del CRILU, del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) y del Instituto Nacional de Colonización, Miguel Sierra, Juan Carlos Tafernaberry, Alfredo Fros y Alejandro Henry, respectivamente; del vicepresidente del Instituto Nacional de Carnes (INAC), Leonardo Bove, y del director de INIA Tacuarembó, Juan Pedro Posse, se presentaron resultados de investigación en genética, sanidad, calidad de lana y desempeño productivo del Núcleo Merino Ultrafino, así como experiencias de transferencia tecnológica, a través de charlas y espacios de intercambio con referentes. 

La primera charla estuvo a cargo del investigador de INIA y vicepresidente de CRILU, Fabio Montossi, quien presentó los principales logros de los consorciados en los últimos 10 años. Entre los hitos, destacó que “cuentan con más asesoramiento profesional, formación, especialización en venta de genética ovina y orientación a la producción de lanas finas, superfinas y ultrafinas, y de carne ovina con categorías jóvenes”. También resaltó que hubo un “aumento en el uso de información tecnológica de las fuentes tradicionales de INIA y SUL, y de CRILU”.

Sobre esa base y mirando al futuro, Montossi mencionó algunos ejes de la agenda de investigación, desarrollo e innovación del consorcio como "acelerar el proceso de afinamiento, seguir avanzando en las huellas ambientales y la adaptación de los animales al cambio climático manteniendo la calidad de carne y cortes para llegar a mercados de valor".

Gabriel Ciappesoni, investigador de INIA, explicó en qué consisten las evaluaciones genómicas de INIA, centrándose en la experiencia con la raza Merino Australiano y el apoyo del SUL. Destacó que ya cuentan con “25 años de mejora genética, 4000 animales genotipados y miles de datos recogidos en los núcleos informativos, cabañas y la Plataforma de Fenotipado de La Magnolia”. 

Las expertas Zully Ramos y Elize van Lier, ambas vinculadas al CRILU, repasaron los aportes del Núcleo Merino Ultrafino de Glencoe y la evolución del núcleo de resistencia a parásitos gastrointestinales de la Facultad de Agronomía (Udelar) y los aportes del consorcio, respectivamente. 

El evento continuó con los resultados del trabajo sobre el desempeño productivo del Núcleo Merino Ultrafino. El investigador de INIA, Ignacio de Barbieri, destacó que, tras 12 años de selección, aumentó el peso vellón, el peso vivo de las ovejas y la supervivencia de corderos; y se redujo el diámetro de la fibra y mejoró el rendimiento al lavado, brillo y largo de mecha. 

“Con estos datos podemos concluir que es posible mejorar la cantidad y calidad de lana y peso sin afectar la reproducción, que es fundamental tener estrategias integradas de mejoramiento genético, acompañado con buena nutrición y manejo, y que se debe continuar los monitoreos a largo plazo”, destacó De Barbieri. 

Para pensar en un futuro más rentable para las lanas Merino de alta calidad en Uruguay, el investigador de INIA, Juan Manuel Soares de Lima, planteó que se deben seguir afinando las micras, “poniendo atención a parámetros que definen precios, como resistencia, largo de mecha y material vegetal”. 

Soares de Lima también llamó a pensar en términos de marketing, a buscar nichos de mercado y dar a conocer la lana nacional, “para poder acceder a resultados soñados con valores, en muchos casos, por debajo de las 13 micras, que llegan a 150 dólares por kilo de lana en base limpia”. Asimismo, subrayó que “altas tasas reproductivas determinan un acelerado progreso genético y en lanas medias redundan directamente en un mejor ingreso por carne”. 

Para conocer de primera mano las experiencias y aprendizajes de los consorciados que formaron parte del proyecto financiado por el Fondo de Promoción de Tecnologías Agropecuarias (FPTA) de INIA, "CRILUMERINO$", se invitó a dialogar a los productores Álvaro Méndez (Salto) y Fernando Notejane (Tacuarembó), junto a la técnica extensionista del SUL, Gracialda Ferreira, y al técnico del Instituto Plan Agropecuario, Emilio Duarte. En conjunto, destacaron la mirada holística del sistema y la necesidad de seguir formándose.

Sobre el cierre de la actividad, CRILU convocó a Andrew Woods, experto del Independent Commodity Services (ICS), una empresa australiana especializada en análisis del mercado lanero. Consultado por los factores de calidad que más influyen en lograr precios premium en el mercado autraliano, Woods apuntó que, en lanas de menos de 13 micras, “el estilo y la resistencia de la mecha juegan un papel más importante en la determinación del precio”. Sin embargo, “en las categorías de 14 a 16 micras, cuanto más gruesa es la fibra dentro de ese rango, menor es la variación de precio asociada a las distintas cualidades de la lana”.

Sobre si ve oportunidades para las lanas superfinas y ultrafinas de Uruguay en los mercados libres de mulesing, RWS y de lana regenerativa, Woods señaló que “no hay razón para que la lana uruguaya no pueda resultar atractiva para la cadena de suministro, siempre que se mantenga la calidad de la lana, así como la calidad y consistencia en la preparación/presentación”

Como broche de la actividad, se entregaron reconocimientos a los productores consorciados por su participación y aportes al CRILU; y se firmó una carta de intención entre INIA, CRILU, SUL e INAC para favorecer la investigación, la transferencia y el desarrollo de la producción de lanas y carne ovina de alto valor en los sistemas ganaderos de Uruguay.