RESUMEN. La producción ganadera en Uruguay se ha enmarcado históricamente en un sistema extensivo de producción caracterizado, entre otros, por sus bajos niveles de marcación, bajos pesos al destete y alta edad de faena. Esta performance, en términos de emisiones de GEI, determina que la intensidad de las mismas medida por unidad de producto (huella de carbono) sea elevada en comparación con sistemas más eficientes de producción, pero como contrapartida sea menor por unidad de superficie. Sin embargo, en las últimas décadas estos sistemas se han visto influenciados por diversos factores que han determinado la necesidad de incorporar tecnologías (suplementación, pasturas sembradas, planificación forrajera, etc.) con el objetivo de incrementar los resultados productivos. Este proceso de intensificación en algunos casos y de un mejor manejo de los recursos disponibles en otros, repercute positivamente en su huella de carbono, registrando disminuciones importantes de hasta un 43% en sistemas criadores y en sistemas de terminación de 35% (con pasturas sembradas) y un 70% (engorde a corral). Conocer en qué rango se ubica la intensidad de emisiones de un producto brinda información valiosa, para elaborar estrategias de reducción o mitigación y conocer cuál sería el impacto ambiental de los diferentes procesos. Pero sobre todo, brinda pautas para poder prevenir posibles amenazas que a mediano plazo puedan establecerse, tales como como nuevas exigencias de mercados, a la cual Uruguay no puede estar ajeno.
